Según cifras recientes del Ministerio de Sanidad, cerca de una cuarta parte de los hombres y casi un 18% de las mujeres son fumadores habituales
El consumo de tabaco generalizado en España ha provocado que el Gobierno esté dispuesto a dar la guerra al tabaquismo. El pasado mes la ministra portavoz Isabel Rodríguez afirmaba que la nueva Ley Antitabaco, en la que está trabajando el Ministerio de Sanidad, es una medida “para hacer frente al incremento del consumo de tabaco y a su afectación sobre la salud”.
Según la ministra, “el incremento del consumo de tabaco en la sociedad española” justifica la nueva norma, que sustituirá a la actual Ley Antitabaco, implantada hace más de diez año. La idea de esta norma se encamina en la misma línea que el ya conocido “Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo”, que el Ministerio ha enviado a las sociedades científicas y Comunidades Autónomas, con el objetivo de que realicen sus aportaciones.
Algunas de las cuestiones destacables del primer borrador, que tendrá validez hasta el 2025, es la prevención del incremento de impuestos al tabaco antes del 2023 y el aumento de los lugares libres de humo, lo que puede incluir no fumar en los coches particulares.
La ley Antitabaco persigue que España alcance el objetivo de la OMS de conseguir una disminución del 30% en el consumo de tabaco en 2025, en relación a los datos que se tenían en 2010. Esta reducción llegaría al 20% en el caso de los jóvenes entre 15 y 24 años, algo que según explicaba el borrado del Plan Integral, “es factible”, siempre y cuando “se pongan en marcha las medidas contempladas” en este plan.
¿Cuáles son estas cifras tan preocupantes?
Según la encuesta Europea de Salud, en España fuman a diario el 16,4% de las mujeres y el 23,3% de los hombres. Entre los hombres, el grupo de edad de entre 25 y 34 años es el que concentra el porcentaje más alto, mientras que entre las mujeres destaca el grupo de 45 a 54 años. Esta encuesta realizada en 2020 dejaba constancia de que el 19,8% de la población española a partir de los quince años aseguraba fumar a diario, el 2,3% se consideraba fumador ocasional, el 22,0% se declaró exfumador y el 55,9% afirmaba que nunca había fumado.
El número de fumadores diarios mantuvo en 2020 la tendencia decreciente de los últimos años. En concreto, supuso el 19,8% de la población de 15 y más años, frente al 23,0% de 2014. Este descenso se produjo en ambos sexos, y en todo los grupos de edad, salvo en el de 75 a 84 años.
Las comunidades autónomas con mayor porcentaje de fumadores diarios mayores de quince años en 2020 fueron Extremadura (25,3%), Región de Murcia (23,7%) y Andalucía (20,9%). De forma contraria, la ciudad autónoma de Melilla (15,2%), País Vasco (16,1%) , Galicia y Comunidad de Madrid (17,7% ambas) presentaron los menores porcentajes.
Un problema más allá de las fronteras
La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un informe en 2021 sobre las tendencias mundiales del consumo de tabaco. Casi en las últimas dos décadas, el consumo global de tabaco en general ha disminuido, desde el año 2000 hasta el 2018, en aproximadamente 60 millones de personas.
Sin embargo, según el informe, Europa es la región que avanza más lentamente en la reducción del consumo de tabaco, sobre todo entre las mujeres. En este continente, el tabaquismo provoca cada año 1,2 millones de muertes.
Gracias a la base de datos de Eurostat conocemos datos más específicos sobre el consumo de esta sustancia. Los países europeos en los que existen más fumadores diarios, tomando de referencia el año 2019, son: Bulgaria con un 29% de fumadores diarios aproximadamente, Turquía con un 28% y Serbia con un porcentaje del 27%. Por otra parte, Rumania encabeza en fumadores ocasionales, teniendo un porcentaje del 8%, seguida de Bulgaria con un 7,1% y Finlandia muy aproximada con un 7%. En cuanto a los países que más habitantes nunca han probado el tabaco tendríamos a Suecia en primer lugar con un 87,4%; Islandia en segundo lugar con un 86,3% y el tercer país sería Portugal con un 83%.
Un efecto muy perjudicial para la salud
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo. Está directamente relacionado con la aparición de 29 enfermedades (de las cuales 10 son diferentes tipos de cáncer) y es la principal causa de buena parte de muertes por cáncer de pulmón y de más del 50% de las enfermedades cardiovasculares.
Entre las enfermedades relacionadas con el tabaco destacan las siguientes: bronquitis crónica, enfisema pulmonar, cáncer de pulmón, hipertensión arterial, enfermedad coronaria (angina o infarto de miocardio), accidentes cerebrovasculares (trombosis, hemorragias o embolias), úlcera gastrointestinal, gastritis crónica, cáncer de laringe, bucofaríngeo y renal o de vías urinarias.
Por otro lado, hay riesgos adicionales en las mujeres, como la probabilidad de padecer un infarto, que se multiplica por 10 en las mujeres que fuman. Otros aspectos a destacar en las mujeres fumadoras, es el adelanto de la menopausia con una media de entre 2 y 3 años con respecto a las mujeres que nunca han fumado y, además, aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis.
El consumo de tabaco incrementa en un 70% el riesgo de morir prematuramente por diversas enfermedades derivadas. Este mayor riesgo es directamente proporcional al tiempo que se lleva fumando, a la cantidad de cigarrillos que se fuman a diario, a la profundidad de la inhalación del humo y al contenido en nicotina y alquitrán de la marca fumada.
El tabaquismo es la causa de más del 90% de los casos de bronquitis, del 95% de los casos de cáncer de pulmón y el 30% de todas las cardiopatías coronarias. También es causante de parte importante de los casos de cáncer de esófago, vejiga urinaria, cavidad bucal y laringe.
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